El colegio Santo Domingo de Pinto se suma a la iniciativa de “pelotas antirruido” para que el pequeño Darius, con un implante coclear, pueda oír mejor.
Hacer la vida un poquito más fácil a Darius ha sido el objetivo de la sencilla medida tomada por la clase de 2º de Educación Infantil del colegio Santo Domingo de Pinto. Padres, profesores y alumnos han colocado pelotas de tenis en las sillas de la clase para ayudar a Darius, un pequeño de cuatro años con implante coclear, con su dificultad para poder diferenciar los ruidos.
Darius es lo que se conoce como un gran prematuro, nació con 26 semanas y cuatro días. Una infección durante el parto le produjo los problemas auditivos con los que hoy tiene que convivir. A los dos años y medio, el pequeño tuvo que pasar por quirófano para que le colocaran el implante coclear, un dispositivo interno para niños con discapacidad auditiva.
Darius es tremendamente sensible al ruido. “Necesita entender los sonidos. Él escucha de forma diferente a como escuchamos nosotros”, explica su madre, Ramona Lonela. El pequeño Darius necesita que los ambientes sean bastante tranquilos para poder captar bien la información y todos los sonidos que le rodean. “Si hay mucho ruido ya no se entera bien”, explica Ramona.

“Queremos las gracias al colegio por implicarse en ofrecer a nuestro hijo todos los medios para poder estudiar y adaptarse mejor”, declaran los padres de Darius. “Sabemos que esto le viene bien porque supone mucho menos ruido de lo que pueda parecer, aunque sean unas simples pelotas, marca la diferencia”, explica Marius, su padre. “Queremos que sea igual que el resto de sus compañeros. Para nosotros Darius es un milagro y le vemos fenomenal en el colegio, siempre habla de sus amigos. Sabemos que tanto a él como a nosotros nos queda mucho por trabajar pero ¿con qué niño no se trabaja?”, añade Ramona.
La iniciativa, pionera en la comunidad educativa pinteña, además de ayudar a Darius, ha conseguido que las clases eliminen considerablemente su contaminación acústica, por lo que se ha implantado en otras aulas con alumnos con TEA. “El ruido nos puede molestar a todos”, explica Cristina. “Lo ideal es inculcarles desde pequeños que hay que trabajar en beneficio de todos y más si un amigo tiene una dificultad o una necesidad. Hay que trabajar todos en equipo”, explica su profesora.
Desde el centro y el AMPA animan al resto de colegios de Pinto a implantar esa sencilla medida que ayuda a que niños como Darius puedan tener una vida más sencilla.
Articulo de ZIGZAG Digital
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