CC Santo Domingo de Silos

viernes, 16 de septiembre de 2016

Cómo conseguir que tus hijos hagan los deberes...

...sin dolores de cabeza

Nuestra rutina diaria era muy predecible: mi hijo llegaba a casa al salir del cole, le daba una merienda nutritiva a él y a sus hermanos, y entonces llegaba la hora de los deberes. Ahí empezaban las pataletas, la rabia y los berrinches. Las quejas más comunes eran que yo era TAN mala e injusta, o que le "torturaba" para que hiciese sus deberes.

¿Cómo podía ser que un niño que sacaba buenas notas y se portaba bien en el colegio reaccionase así con las tareas para casa? Como madre, ¿cómo podía tratar de forma eficaz con la negativa constante de mi hijo a terminar los deberes? Con otros cuatro niños en casa que cuidar, incluyendo otros dos con deberes, ¿qué podía hacer para asegurarme que no había interrupciones para los otros? ¡Mi hijo podía pasar horas evitando hacer sus ejercicios!

 Aquí dejo unos consejos que he usado para conseguir que mi hijo haga sus deberes desde el episodio que os he contado. (¡Sí, no me rendí después de todo!)

No con el estómago vacío. Antes de empezar los deberes, dale a tu hijo una merienda nutritiva. Aunque solo falte una hora para la cena, dale queso y crackers, una pieza de fruta, o verduras crudas con salsas. No le des nada dulce, porque el azúcar les da un chute de energía, seguido de un bajón instantáneo.

Encuentra un buen lugar. Busca un sitio con las mínimas distracciones posibles, como un despacho o la mesa de la cocina. Una habitación tranquila es un sitio ideal para hacer los deberes, lejos de ruidos y otras actividades.

El humor adecuado. Intenta evaluar de qué humor está tu hijo antes de ponerle a hacer los deberes. Por ejemplo, un niño irritable no quiere ni oír que es la hora de hacer la tarea. Intenta endulzar el humor agrio del niño hablándole de sus cosas favoritas o de recuerdos alegres.

Sé un detective. Si tu hijo se niega a hacer su tarea, pregúntale por qué. Hay una diferencia entre no querer hacerla y no ser capaz de hacerla. Si tu hijo no consigue quedarse sentando un buen rato, o tiene una capacidad de concentración breve, divide el tiempo de los deberes entre dos, con una pausa de 10 minutos entre ambos.

Dale un incentivo. Si tu hijo responde bien a los incentivos, ¡ofrécele uno si termina los deberes! Podría ser una recompensa sencilla como jugar en la calle con sus amigos, ver media hora de su programa de televisión preferido





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